Gerry López y “la adicción al jazz”

Hace pocos días me reuní con mi estimado Gerry López: saxofonista, compositor, creador de la Orquesta Nacional de Jazz en México, y activista del jazz mexicano, a quien agradezco profundamente por su tiempo y apertura. Aquí les presento el resultado de nuestra entrevista:

Conocer la tradición

“Hay una historia del jazz, de qué involucra abordar el jazz, me refiero a cultivarse con la discografía, con los artistas. Llevo un año y tres meses en la Ciudad de México, y me estoy dando cuenta: al salir a escuchar conciertos, hablar con músicos… -la gente que escribe y produce es otro departamento-, hay varios artistas sacando sus discos, tocando en festivales, que no están conmigo en ese aspecto. Han llegado a decir en entrevistas que nunca han sacado un solo de jazz, que no es necesario aprender la tradición, que porque es algo más libre y de la expresión propia. Yo no estoy de acuerdo, a lo mejor es purista mi pensamiento, pero el jazz es un lenguaje, una forma de asumir la vida, pero al fin un lenguaje, es como aprender un idioma y si tú no tienes la gramática, las frases, no te entienden. Ahí entra esta problemática. Siento que sí tenemos que conocer la tradición, sí tenemos que saber los temas como parte de un lenguaje.

Yo tengo una experiencia que siempre cuento: estaba en Nueva York, había un tipo ahí y, para jammear, iba a un lugar que nunca cierra, ahí están todos los bares del barrio frecuentados por los mismos músicos de jazz desde siempre. El músico de jazz es adicto a tocar. A veces para hacer un jam te tienes que formar, hay cinco trompetistas, cuatro saxofonistas, entonces tienes que esperar tu turno, a mí me pasó, estaba nervioso, porque no sabes qué tocar, tienes que realmente probar tu habilidad o tu conocimiento de temas o de poder reaccionar a alguna tonalidad nueva. Eso me gusta, tienes que estar realmente preparado.

Me tocó tocar, llega un tipo que me toma del brazo, volteo y me doy cuenta de que era Roy Hargroove, un trompetista muy cañón. El tipo es un adicto a tocar, terminaba de tocar y se iba ahí a seguir tocando, hacia una, dos o tres sessions, todo un fenómeno. Empezó a tocar un tema, todos se preguntaban qué es, qué es, qué es, y de repente un bajista empieza a seguirlo… estaba otro por allá, lo quita, se hace una banda, resulta que era un standard de 1920, viejísimo, nadie lo conocía. No llegó Ray Hargrove a crear algo nuevo, llegó a tocar un tema de tradición, que seguro tocó Louise Armstrong. Muy poquitos de ahí lo conocían y eran los poquitos que pudieron ir a interactuar con él.

Por otro lado, tienes que sacar tu propia perspectiva de las cosas, que es lo que yo trato de hacer con mis discos, cada uno es un retrato de algo que estaba pasando por mi mente en ese momento y que refleja un punto de vista sobre la vida pero, finalmente, cada uno de estos proyectos que he lanzado son originales, o arreglos, pero es mi forma de verlo. Sigo aprendiendo solos, sigo yendo a los jams. Es este respeto por la tradición.

Miguel Zenón, un arreglista y compositor fuera de serie: En My Song Book, que ganó el Grammy, hay un tema de salsa muy conocido en Puerto Rico, y él lo hace con canon y fuga, con contratiempo, es una cosa que se vuelve orquestal pero hay un background musical muy fuerte, muy grande. En cada país done uno va, uno tiene sus versiones y está padre, ¡pero el nivel de interpretación!”.

Orquesta Nacional de Jazz de México

“La Orquesta tiene un poco de todo, tiene partes que le van a la tradición. El proyecto es congregar jóvenes con talentos, de todas las partes del país. Tiene un sonido de jazz, pero que es accesible y tiene sus momentos de locura, sus momentos más tonales, y otros momentos donde dices ¡qué pasa! ¡qué locura! Entonces es envolver todo. El último disco, es uno en que me clavé en la composición, las texturas de movimientos, de melodías, de explorar el sonido acústico, no tanto en un groovy, sino en miles de posibilidades”.

Sin dinero, pero ¡qué importa!

“El jazz en México tiene historia de un montón de años, (desde) 1920, 1930, pero no ha tenido una estructura sólida. Está pasando un fenómeno. Hace 10 años llegué a la ciudad de México, tuve la fortuna de tocar con muy buenos músicos desde entonces. Agustín Bernal, sábado y domingo se iba a Televisa, o iba a TV Azteca y después, “ah, pues hay una girita con la Guzmán”, entonces combinábamos y ahorita está pasando un fenómeno: a los jóvenes 10 años menores ya no les interesa eso, saben que no van a tener mucho dinero, pero “qué importa”, están en esa búsqueda muy personal y están tocando mucho.

Me encanta México porque es tan grande, siempre encuentras un lugarcito donde tocar”.

El jazz y la política: Darle estructura al movimiento de jazz en México para que sea bien pagado

“No ha habido una estructura, por lo tanto no hay garantías; para muchos clásicos hay garantías, viven bien. A menos que seas Agustín Bernal y que tengas una academia, que seas Alex Mercado. Cuando lo conocí era tan bueno, yo ni sabía que era músico de jazz, (Alex) tocaba en cruceros. ¡Vaya! El músico de jazz nunca ha podido vivir como músico de jazz, ¡no hay estructura!

Llego yo con este proyecto de la Orquesta, que represente el país. Me estoy acercando a la Cámara de Diputados, a la Secretaría de Cultura, a la Secretaría de la Ciudad de México, con la finalidad de que primero se den cuenta de que hay un fenómeno que se está consolidando.

Luis Felipe Ferrá se encarga de promover a los músicos de jazz en el extranjero, hay músicos muy importantes que ya no son de aquí. Nunca nadie ha hecho nada por darle estructura a este movimiento. Yo decidí regresar y hacerlo, estoy en eso. No es nada fácil, hay tantas preocupaciones en el país que están muy por delante; el primer argumento que sacan es que el jazz es norteamericano: “¿cuál es el vínculo del jazz y México? ¿Por qué tenemos que hacer una orquesta nacional? ¿Por qué tenemos que hacer garantías al respecto? ¿Por qué no se lo damos al mariachi o al sonero? Ahí la gran discusión, mi argumento muy simple es: el jazz se ha acoplado a cada cultura. Tú vas a Tailandia, hay jazz. Pero en otros países hay músicos con garantía, ellos dan un concierto y el gobierno les paga mensualmente para que tengan una vida digna.

Entonces sí, me estoy acercando a lugares clave, hemos visto pequeños resultados. Siempre lo digo, la decisión reside en tres o cuatro personas, si el secretario dice que sí, si el presidente de la Comisión de Cultura dice que sí, ya se hace”.

Esfuerzo interdisciplinario

“Yo me estoy yendo a la grande, porque creo que lo merecemos, tenemos Xalapa, Morelia, en Monterrey está empezando. En todas partes hay gente, cada quien logra hacer lo que puede dependiendo de las conexiones que tenga.

Existe una colaboración con gente de todas áreas. Mexicanos y no mexicanos que viven aquí, están haciendo cosas padres.

Calle 54 es una película muy bien lograda, porque mediatizó el jazz latino, es una historia general del jazz. Yo viajando me he encontrado con que eso ayudó mucho. ¿Por qué no hacer una segunda edición de eso? Pero ahora en vez de empujar a Paquito de Rivera que ya está consagrado, vamos a hacerlo con mexicanos. Ahora en vez de Michel Camilo, vamos a poner a Alex mercado, y llamarle Jazz Latino”.

El impacto de un artista mexicano en el mundo

Vienen las preguntas (al presentarse como artista fuera del país), “¿qué pasa en México?”. México es muy interesante, hay muchos intelectuales.

Tienen idea de que México es un país en desarrollo, “¿cómo es que tú llegaste (a otro país)? Es imposible a veces para uno, ¿cuál es tu agencia?”. Es reafirmar que aquí hay gente de vanguardia, con un buen nivel a nivel mundial. “Ah, mexicano, como Antonio Sánchez”, asocian. Te vas encontrando con gente que dice “ah, mexicano, como un director en Suiza del centro de física”.

Hablemos no sólo en el jazz, sino gente haciendo cosas en todas partes. Una bailarina mexicana en Rusia, ves y dices ¿cómo le hizo para llegar ahí? ¡y está arrasando! La cosa es que México es un universo.

Un músico de una familia de virtuosos en Oaxaca, “La Dinastía Díaz”, ganó el premio mundial de trombón, le ofrecieron trabajo en la Ópera de Suiza, no aceptó, se quedó y ahora está haciendo un montón de cosas, eso me gusta.

Aciertos y errores del jazz

Músicos sanos. Desde que la UNESCO declaró patrimonio de la humanidad al jazz, ha cambiado la forma de vivir. Ya conocemos que el músico de jazz es adicto, alcohólico, el problema general de la música, pero ahora tú puedes ver un perfil muy diferente: muy humilde, muy cool, joven, tantos jóvenes haciendo música, muy abiertos, ese es un acierto muy grande, gente muy clavada para algo bueno.

Ahora existe un fácil acceso a la música. Antes no había Amazon, no había EBay, no había nada.

El jazz es música muy humana. En una gira, un músico que tocaba para Irakere se quedó a dar clase a un grupo de gente en Cuba, sin cobrarles un peso.

Algo no cool de la mercadotecnia es que cuando empiezas a hacer una carrera debes hacerte más conocido, para que te escuche más gente, eso implica algo con más calidad, algo más pensado. Cuando eres líder de tu proyecto ya no puedes andar tanto en los bares. Si hago algo en el Lunario, quiero que la gente llene el Lunario y pague su boleto, eso quiere decir que ya no puedo andar tocando en bares porque pierde algo en la planeación, eso complica las cosas: quiere decir que la entrada de dinero ya no es inmediata. Hay que inventar muchas cosas, yo doy clases. Mi vida es enseñar, dedicarle al estudio diario, preparar buenos conciertos, la producción. Puedes vivir bien, normal, pero no más”.