Brubeck en el siglo XXI: Entrevista con Pablo Prieto Huesca

Según las opiniones que Stravinsky suele enunciar, el autor musical tiene derecho a servirse en sus obras de materiales musicales de cualquier origen, de modo que todo cuanto él mismo, Stravinsky, ha juzgado necesario utilizar, por esa sola razón se vuelve su propiedad espiritual.

Bela Bartók

Eco retoma el pensamiento de Pareyson para hablar del arte como una forma de “brote”, lo cual podemos ver en cada improvisación, o en cada reinterpretación musical. “El brote es válido, asume todas sus posibilidades, se hace fecundo sólo en el caso de ser recibido, comprendido, asimilado por una persona. Una pincelada, un acorde musical, un verso […] son brotes de formación que, por el solo hecho de ser y consistir como premisas de una posible figuración, presuponen un desarrollo orgánico de acuerdo con normas de coherencia; pero estos brotes resultan fecundos sólo en el caso de que el artista los asuma y los haga suyos- y haga de la coherencia postulada por el brote su propia coherencia y de las diversas direcciones a las que éste puede virtualmente aspirar elija la más afín a él, con lo cual resultará la única realizable” (Eco, 2005, p. 18).

Pablo Prieto Huesca es un baterista mexicano que sabe asumir y hacer suya la música de Dave Brubeck, uno de los grandes compositores del jazz moderno, cuya obra, en gran parte, ha permanecido en el olvido; para adaptarla a un México del siglo XXI, divertirse y mostrarle al público que existen otras posibilidades de ampliar su consciencia.

“Meier anotaba: ‘Así, cada vez que se canta una canción, ella sabe a actitudes nuevas y es por ello por lo que la misma canción, como en el campo lingüístico la misma frase, por más breve que sea el intervalo, jamás será cantada o dicha de modo igual, aunque no haya intención de cambio. Estado de ánimo, frescura o cansancio, influjos que emanan de una compañía alegre o de cómo está compuesta esa compañía (hombres solos, o bien muchachas y jóvenes, o sólo muchachas), el lugar mismo donde se canta (casa particular o posada): todo influye sobre el texto, sobre la forma melódica y rítmica del canto sobre su ejecución” (Raschella en Bartók, 2006, p. 13)

Pablo nos platica sobre ese proceso de rescate y reformulación de la obra del gran Brubeck.

Reinterpretación

“Hablando de jazz, ahorita que me preguntabas de ser compositor. Toda improvisación es una forma de composición: se recompone o se reinventa algo. Tú al interpretar un tema en el jazz lo reinventas. Y con la improvisación compones melodías o líneas relacionadas con ese tema, que son infinitas… es una manera de componer.

El proyecto que yo traigo ahora es un homenaje al compositor de California, Dave Brubeck, él creo un estilo muy particular, recibió muchas críticas, desde luego. Este estilo que él creo se volvió un estándar con su clásico cuarteto. La idea de mi cuarteto es formar un grupo que de alguna manera traslade la música que hizo Dave Brubeck en los 40 y los 50 al siglo XXI, pero apegada a la idea original de la música de Brubeck. Creo que con el cuarteto que tenemos ahora con Alex Mercado, Federico Hülsz y Emiliano Coronel, lo que intentamos es recrear la comunicación que él tenía con su público, pero trasladada a la mentalidad de los músicos del siglo XXI”.

Brubeck en el siglo XXI

“La palabra jazz en los años 40 y 50 abarcaba un cierto número de estilos y ahora hablar de jazz es una palabra demasiado extensa, abarca demasiado. Ahora, vuelvo a Brubeck por esto: él estaba adelantado a su época porque él decía que el jazz es una esponja que absorbe músicas de diferentes estilos. Él fue en realidad el que hizo primero lo que se llama World Music; mezcló música de Oriente, Occidente, América y música europea, en su bagaje composicional. Por eso era criticado, porque lo que hacía no era jazz precisamente, entonces… por ese lado no le iba muy bien.

Yo siento que ahora hablar del jazz es algo más universal. Es una palabra que abarca demasiado por las corrientes que se han derivado del jazz… empezando por el rock and roll, el funk y esas derivaciones que vinieron con la mezcla de la música negra y la música blanca; europea y la influencia del rock. ¡El jazz abarca demasiado! Aquí la pregunta que nadie se puede responder fácilmente: ¿qué sí es jazz? ¿qué no es jazz? ¿por qué sí es jazz y por qué no es jazz? Algunos dicen ‘desde que tiene improvisación y solos es jazz’, bueno, pues es que también los músicos de rock y música progresiva también improvisan y no es jazz. Es una discusión un poco polémica. A lo que yo me refiero es esto: la manera en que se interpreta esta música, estamos influenciados por todo lo que ha pasado desde el 2015 hasta principios del s. XX, que ya no se interpreta ni se toca igual que en los años 40; nuestras influencias son otras. Aunque estemos interpretando una música vieja de standards es diferente, la manera de estudiar el instrumento también es diferente. Es como la educación, ha cambiado y ahora la gente tiene una preparación y una visión diferente; igual en la música, los músicos tienen una formación diferente, entonces se tiene otro concepto”.

Música atemporal

“La idea que yo tengo es interpretar música atemporal. Es importante, si se habla de una forma de arte de los Estados Unidos que es el jazz, respetar y tener las raíces de esta música y combinarlas con otras influencias para crear algo diferente nuevo. Hay muchos estilos nuevos que a mi gusto no están tan enraizados; a mí me gusta la tradición, pero en la época modera. El conocimiento de los que inventaron el lenguaje del jazz no se puede olvidar; es tan sabio lo que hizo Charlie Parker, Louie Armstrong, John Coltrane, Duke Ellington… vale trasladarlo a estas épocas, más las influencias nuevas que nos da una forma diferente de interpretar”.

Entiendo perfectamente la dinámica que ellos (el cuarteto de Brubeck) utilizaban para hacer su música y yo trato de recrear esa dinámica, no por imitación, es tratar de asimilar la dinámica del lenguaje que ellos tenían, pero obviamente va a sonar diferente porque vivimos en otra época.

Yo, cada vez que toco la música de Brubeck siento que estoy tocando la música más moderna e increíble que puede existir, no precisamente en términos estilísticos, sino porque tiene algo que mucha música nueva no tiene hoy. Brubeck, primero que nada, era un compositor que tocaba el piano. Él se asumía así, él decía ‘soy más compositor que pianista’. A mí me gusta esa idea universal como compositor de tomar influencias de la música todo el mundo y aplicarla a su música; por eso siento que es atemporal, porque contiene muchos elementos de diferentes músicas y de diferentes técnicas composicionales que se siguen aplicando. Alejando Mercado tiene muchas similitudes con Brubeck en su manera de tocar, el approach, el acercamiento que le da a sus interpretaciones es totalmente nuevo, moderno”.

Si el mensaje no llega a su destino no cumple su cometido

Lo más importante de un músico es la comunicación: saber comunicar. La música es un lenguaje y obviamente un lenguaje equivale a un mensaje; si el mensaje no llega a su destino, en este caso es el público, no cumple su cometido. Yo puedo ser un músico muy virtuoso pero si no sé comunicar no pasa nada. Cuántos estilos de música hay, canciones de dos acordes o de intérpretes que son excelentes comunicadores y no son tan buenos músicos, pero qué éxito tienen.

Eso no quiere decir que yo haga concesiones para que a la gente le guste, el músico de convicciones artísticas reales tiene que hacer la música que él siente pero tiene que saber comunicar para que la gente pueda tener acceso a lo que está haciendo. Yo siempre pongo de ejemplo a Van Gogh, pintaba unas cosas muy extrañas con técnicas diferentes… quizá en su tiempo no pasó gran cosa, no vendió ni un cuadro, creo que nada más uno que lo vendió su hermano; pero él fue fiel a sus principios y sus convicciones artísticas y yo insisto en que fue un gran comunicador visual de su arte; nunca tuvo que pintar algo que no le gustara, él fue fiel a sus principios, pero qué cosas tan increíbles nos dejó. Es tan auténtico que es atemporal.

Ellington se comunicaba tan bien con sus músicos que creaba una obra maestra al momento; asimismo lograba una gran comunicación con el público. Dave Brubeck está considerado el segundo compositor más importante en Estados Unidos, y antes de Ellington está George Gerswhing, pero tiene mucho que ver con lo clásico y poco con el jazz, aunque tuvo mucha influencia en el jazz. Y Duke Ellington, que es American Art Black Form, más en el estilo del jazz.

World Music

“¿Qué hizo Duke Ellington? Hizo una orquesta increíble, el lenguaje principal de su música era el swing, aparentemente; pero viajó por todo el mundo, tiene la Suite Latinoamericana que tiene dos temas dedicados a los volcanes de México, la estrenó aquí en Bellas Artes, estuvo aquí en 1968 y 1971. Es un músico de formación e intercambio cultural. Brubeck hizo lo mismo, una de sus composiciones principales es producto de la música de Turquía, un ritmo que se llama asaka, con una técnica composicional del rondó y una forma de blues, se llama Blue Rondo a la Turk.

A mí me parece muy interesante cuando un músico mezcla eso y no necesariamente tiene que ser jazz, swing, bebop, hard bop; no tiene que estar encasillado en un lenguaje, sino que abre su bagaje musical y artístico a todas las influencias del mundo, es eso lo que hace un gran artista, como hacen los músicos de música clásica, toman el folklore de sus culturas para sus creaciones musicales, lo que hacía Stravinsky, Schönberg. Estos músicos son tan interesantes, Duke Ellington, Dave Brubeck, a mí me encantan porque son universales; me gustan otros jazzistas, pero son más ceñidos a un cierto estilo o una cierta escuela, que está bien porque formaron una escuela que influyó para que otros hicieron otra cosa diferente o más amplia, viene de menos a más.

Brubeck fue un músico universal que hizo experimentos increíbles en una época que nadie se imaginaba eso. Si tú ves las notas del disco Time Out, empieza así ‘podría un marciano venir a la tierra y checar el estado de nuestra música y él podría encontrar más de 10 mil discos de jazz antes de encontrar uno que no estuviera en compás común de 4/4’. Son solamente compases compuestos, nada bailable, eso movió el tapete a mucha gente… y también fue muy criticado porque era blanco, la época del racismo a todo lo que daba, cincuentas y sesentas. Pero no en balde fue el tercer vendedor de discos de Columbia Records después de Johnny Mathis y Ella Fitzgerald”.

You remind me of Joe Morello, Dave Brubeck

“El primer disco que grabé que fue en el 2004, con In Your Own Sweet Way, un tema muy conocido de Brubeck, que tocó Bill Evans, Miles Davis. Lo grabamos con Alberto Medina y Carlos Maldonado, contrabajista y guitarrista, respectivamente; como yo tenía contacto con él (Brubeck) se lo mandé y le encantó, “el trío suena increíble”, me dijo. Curiosamente puso una nota ahí: ‘you remind me of Joe Morello’, su baterista del cuarteto clásico; para mí, es un halago increíble. Eso me entusiasmó mucho a seguir en el jazz.

Siempre tuve en mente algún día hacer un programa de la música de Dave Brubeck, no tanto hacer un homenaje y cuando yo supe que estaba en retiro decidí hacerle un homenaje. Tocar música de un artista de ese tamaño es una celebración. Lamentablemente cuando llegó a sus manos ya había fallecido, porque yo se lo quise regalar el día de su cumpleaños… murió un día antes de cumplir 92 años. Lo checó la viuda e hizo unos comentarios: ‘I’m sure that Dave would be very pleased to hear his music performed so well and with such enthusiasm and integrity’”.

México, heredero directo del jazz

“Estamos en un punto geográfico estratégico, junto a los EU. Las principales giras de los músicos de jazz, exceptuando Europa, son hacia el Centro y Sudamérica. Yo te puedo platicar de infinidad de músicos que vinieron en las décadas de los 60 y 70. Duke Ellington, Dizzy Gillespie, Thelonious Monk, Dave Brubeck (el récord del artista que más veces ha venido a tocar a Bellas Artes), Cannonball Adderley. Miles Davis estuvo aquí de incógnito, no vino a tocar, nadie sabe eso. Mucha gente visitó México, había mucho interés por la cultura y la música, les encantaba, venían felices. Gerry Mulligan vino muchas veces. Hubo mucha influencia del jazz en México y todos los músicos de la vieja guardia querían tocar jazz porque veían que venían esos músicos de EU. Ahora en Xalapa y otros estados, tienen sus facultades de jazz, eso se debe a Memo Cuevas (como Téllez aquí en México), ahora ve el tamaño de los festivales y la importancia que está tomando el jazz en México”.

No hay que entender el jazz

“Quiero darle a entender a la gente que hay otras opciones en la diversidad y en el entretenimiento para la recreación espiritual o intelectual. La gente se acerca y me dice ‘yo no entiendo el jazz’; yo pienso que no hay que entenderle, hay que disfrutarlo. Si quiero aprender y estudiar esa música hay que analizarlo, pero el público no tiene que estudiar ni analizar, que lo disfrute. Tú ves un cuadro de Picasso y te llega o no te llega”.

El arte educa y sensibiliza

“La reexposición continua a ciertos estilos de arte puede crear gusto o interés en la gente; a mí me gustó el jazz no porque yo naciera con el gusto del jazz, sino porque me lo pusieron de niño, ahí estaba. Es la exposición a un lenguaje o a una determinada forma de arte lo que va a hacer que guste.

El público puede ser muy sabio el problema es que si le das pan con lo mismo, de ahí no va a salir. Todo se resume a la palabra educación, porque el arte educa y concientiza; si te doy mala calidad ahí te vas a quedar; si te doy buena calidad vas a abrir horizontes, cultura, conciencia, hacia otras cosas; el arte sensibiliza. ¿Por qué estamos en una sociedad tan insensible, tan indiferente? Porque lo que nos da nos ha hecho así”.

Madurez, libertad y diversión

“El objetivo principal de tocar es divertirme. Tengo una fuerte convicción de difundir lo que me gusta porque sé que es bueno y a la gente le va a gustar. Esto, combinado con la madurez, hace que lo haga de una manera muy libre. Soy honesto conmigo mismo y quiero que eso se refleje cuando toco”.

Bibliografía:

Bartók, Bela, 2006, Escritos sobre la música popular. Siglo XXI Editores: México.

Eco, Umberto (2005). La definición del arte. Ediciones Destino: España.

Raschella, Roberto V., 2006, en Bartók, Bela, Escritos sobre la música popular. Siglo XXI Editores: México.